Traumatizado con el 2020 y sin esperanza para el 2021

En serio que el 2020 fue un año muy diferente a todos los demás. Todos hemos luchado por conservar nuestra salud física, mental y espiritual.  Y yo sé que todos estamos anciosos de que esta tormenta conocida como el 2020 quede en nuestro pasado.  

Yo quiero invitarle a que prepare su mente, corazón y espíritu para un futuro lleno de esperanza.  Es muy fácil quedarnos atrapados en una mentalidad de sobre vivencia, en la que siempre estamos esperando de lo peor.  

En el Biblia encontramos la historia de los Israelitas que pasaron más de 400 años viviendo su peor momento.  Esta etapa de sus vidas marco tanto sus vidas, que aun cuando fueron liberados ellos seguían viviendo como si aún estuvieran bajo la opresión del Faraón. 

Usted y yo conocemos personas, oh quizás seamos esas personas, que se quedan traumados por algo que les sucedió en el pasado. Y hasta el día de hoy no pueden reaccionar con normalidad.  

Pero nosotros debemos cuidarnos de no vivir en el 2021 con traumas del 2020.  Usted y yo debemos de creer qué hay cosas nuevas por conquistar en este año.  ¡Es posible, tener una buena cosecha en el 2021! Vamos a creerlo y vamos a esforzarnos por convertirlo en una realidad. 

Para mi lo que Dios le dijo a Josué antes de conquistar la tierra prometida, es de suma importancia para nosotros. Dios le dijo, Mira que te mando que te esfuerces, que seas valiente, que no temas ni desmayes porque Jehová tu Dios está contigo.   

El 2021 va a requerir de esos cuatro elementos: esfuerzo, valentía, perseverancia y fe.  Quizás este año requiera un poco más de sobre esfuerzo para obtener una buena cosecha, pero la buena cosecha ¡se puede lograr!  

Vamos a leer en el evangelio según San Mateo.  Y quiero que nos enfoquemos en la condición de cada terreno.  Porque la condición del terreno es lo que marcará la diferencia en los resultados.  

Mateo 13

Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.

Es tan importante que nosotros entendamos que el mundo no se detiene.  Nosotros tampoco nos podemos dar el lujo de detenernos.  Hay que hacer lo que nos toca hacer. 

Usted y yo no somos el sembrador, pero podemos aprender de la perseverancia del sembrador.  Cuando llego el tiempo de sembrar el fue y sembró. 

Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron.

Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra;

pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.

Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron.

Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.

El que tiene oídos para oír, oiga.

La misma semilla, pero con resultados distintos.  Esto me llama la atención.  Porque me recuerda que Dios está haciendo lo que a él le pertenece hacer.  

Nos provee de oportunidades a diario y a nosotros nos toca hacer algo con lo que el nos dio.  

Dios nos regala otro día de vida, pero lo que usted y yo hacemos con el día es nuestro asunto.  

El nos da vida, pero lo que nosotros hacemos de esa vida es decisión muy nuestra.  

Y mas adelante Jesus dice lo siguiente en cuanto a porque algunos entienden este mensaje y para otros esto se quedara como un misterio.  

Mateo 13

14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis.

15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane. 

Jesus explica que el problema por el cual la semilla no dio fruto en algunas vidas fue por causa de que se les ha engrosado el corazón, en otras palabras se han vuelto insensible, oh han decido cerrar sus mentes.  

El trauma nos lleva a cerrar nuestra mente y nuestro corazón a lo nuevo que Dios esta queriendo hacer en nosotros.  La palabra de Dios y los planes de Dios no se limitan solo a los tiempos de paz y de amor.  La palabra de Dios es útil en los tiempos buenos y en lo tiempos duros.  

Dios te puede sostener en los momentos más difíciles de tu vida.  Pero debes de recordar que tus ojos, oídos y tu corazón se deben de mantener enfocados en el autor y consumador de la obra en tu vida. De hecho Jesus nos explica que por causa de que estos tres elementos están enfocados en lo incorrecto, no puede haber un cambio y él no puede traer sanidad.  

¿Que tenemos que hacer en el 2021 para que este sea un año de fruto para nosotros?

Hebreos 12

Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.

Tenemos que poner nuestros ojos en Cristo.  Tenemos que alimentar nuestra fe con su palabra y tenemos que estar dispuestos remover de nuestro corazón todo trauma del 2020. 

Vamos atrevernos a creer en las promesas de Dios para nuestra vida y nuestro futuro. 

Que el 2021 sea una año de mucha conquista. 

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